lunes, 6 de agosto de 2012

Colonia - Alemania

31/7/2012 - 1/8/2012

Llegamos a Colonia en las primeras horas de la tarde, descansamos un rato en el hotel y decidimos salir a conocer un poco la ciudad. Una ciudad bastante distinta a las que hemos venido haciendo de Alemania.

Colonia es grande, tiene mucho movimiento y mucha gente. Ya es ciudad y no pueblo. Se encuentra atravesada por el Río Rhin y por tanto podemos ver muchos puentes a lo largo de toda la ciudad, con formas bien diferentes entre ellos. Posee varios edificios y monumentos con estilo gótico (incluyendo el Gran Domo en el centro) pero además nos ofrece modernidad (edificios y museos con formas vanguardistas) y tiene muchos espacios verdes, con parques, un jardín botánico, árboles a lo largo de las calles y las flores que siempre han dicho presente en Alemania. En general es una ciudad muy bonita, aunque tiene alguna zona un poco más descuidada, sobre todo en las afueras.

El centro está muy congestionado, muchísima gente en las calles, muchos autos, poco lugar para estacionar, tiene una peatonal bastante similar a la calle Florida de Bs As. La zona residencial es muy tranquila, con casas divinas y muchísimo verde.

Lo que más nos gustó fue lo que vendría a ser la rambla. Puede caminarse desde cualquiera de las dos orillas, y tiene una vista preciosa, de la ciudad, los puentes, el río, los barcos, etc. Mucha gente aprovecha para salir a andar en bicicleta o correr. Ahora que estamos en verano, pudimos ver también cómo los habitantes de aquí utilizan el río para bañarse y tomar sol.


Aprovechamos también para visitar el Centro Nacional de Documentación del Socialismo, un museo construido en lo que fue un centro nazi durante la II Guerra Mundial, que sirvió como biblioteca, cárcel, lugar de torturas de ciertos prisioneros y como archivo de toda la documentación de la Gestapo. Una visita muy movilizante ya que pudimos conocer las diferentes celdas, donde hasta el día de hoy quedan grabados en las paredes los mensajes que dejaron los prisioneros, muchas veces mujeres jóvenes y madres. A su vez, conocimos la historia de ellos, qué hacían, qué edad tenían cuando murieron, cómo era su familia, etc. El lugar tenía una energía muy particular y realmente nos fuimos con una sensación de mucha tristeza al saber que en el mismo suelo donde habíamos pisado, mucha gente había sufrido.


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