3/8/2012
Amanecimos en Bremen, dormimos divinamente, estamos en la casa de Sonja, en un barrio super tranquilo y calmo. A la noche, sólo había silencio y cuando nos despertamos, el sol entraba por la ventana del cuarto y se podían escuchar los pajaritos.
Caminamos con Sonja hacia la panadería, unas cuadras super tiernas, donde se podía respirar un aire fresco y a la vez el sol nos daba una calidez especial. Los vecinos estaban afuera de sus casas, con las puertas abiertas, cortando el pasto, arreglando las bicis, sacando a sus mascotas. Un panorama muy acogedor.
Desayunamos al aire libre, mucha variedad de pancitos de diferentes gustos, con sus acompañamientos respectivos.
Arrancamos carretera para conocer el Mar del Norte. Pasamos por varios pueblos en el medio, como Cuxhaven y Bremenhaven, ambos contra el mar. No nos hizo el mejor dia para playa pero igualmente disfrutamos un poco del agua. Almorzamos y seguimos recorriendo los alrededores, básicamente pueblos de pescadores bien pintorescos.
Volvimos a Bremen y comenzó nuestro tour por allí. Nos pareció una ciudad preciosa! Super tierna y dulce, con calles de adoquines, un centro histórico muy cuidado y bien al estilo alemán, con sus ventanas de madera y balcones de flores. Pasa además un tranvía por el medio de la gran plaza principal, que más de una vez nos hizo corretear para dejarlo circular. Nos tomamos un chocolate caliente con un buen pedazo de torta mientras mirábamos la catedral y el ayuntamiento. En el medio nos pasó una manifestación pero apenas la sentimos porque estuvo muy bien controlada por la policía local.
También pudimos pasar por la zona más antigua de Bremen, compuesta por unas callecitas super angostas (hay partes donde entra una persona por vez) y llena de tienditas de souvenirs bien arregladas, con fachadas originales y de época.
Luego del paseo, pasamos por el super para hacer el surtido de nuestra cena con Sonja y sus padres. Sacamos la barbacoa para afuera y Seba hizo una carne al estilo parrillada. Bien acompañada con ensaladas varias, comimos e hicimos la sobremesa, con charlas interesantes y divertidas que se extendieron hasta tarde. Nos acostamos porque al día siguiente nos tocaba madrugar, nos esperaban unas cuantas horitas rumbo a Berlín.
Amanecimos en Bremen, dormimos divinamente, estamos en la casa de Sonja, en un barrio super tranquilo y calmo. A la noche, sólo había silencio y cuando nos despertamos, el sol entraba por la ventana del cuarto y se podían escuchar los pajaritos.
Desayunamos al aire libre, mucha variedad de pancitos de diferentes gustos, con sus acompañamientos respectivos.
Arrancamos carretera para conocer el Mar del Norte. Pasamos por varios pueblos en el medio, como Cuxhaven y Bremenhaven, ambos contra el mar. No nos hizo el mejor dia para playa pero igualmente disfrutamos un poco del agua. Almorzamos y seguimos recorriendo los alrededores, básicamente pueblos de pescadores bien pintorescos.
Volvimos a Bremen y comenzó nuestro tour por allí. Nos pareció una ciudad preciosa! Super tierna y dulce, con calles de adoquines, un centro histórico muy cuidado y bien al estilo alemán, con sus ventanas de madera y balcones de flores. Pasa además un tranvía por el medio de la gran plaza principal, que más de una vez nos hizo corretear para dejarlo circular. Nos tomamos un chocolate caliente con un buen pedazo de torta mientras mirábamos la catedral y el ayuntamiento. En el medio nos pasó una manifestación pero apenas la sentimos porque estuvo muy bien controlada por la policía local.
También pudimos pasar por la zona más antigua de Bremen, compuesta por unas callecitas super angostas (hay partes donde entra una persona por vez) y llena de tienditas de souvenirs bien arregladas, con fachadas originales y de época.
Luego del paseo, pasamos por el super para hacer el surtido de nuestra cena con Sonja y sus padres. Sacamos la barbacoa para afuera y Seba hizo una carne al estilo parrillada. Bien acompañada con ensaladas varias, comimos e hicimos la sobremesa, con charlas interesantes y divertidas que se extendieron hasta tarde. Nos acostamos porque al día siguiente nos tocaba madrugar, nos esperaban unas cuantas horitas rumbo a Berlín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario