14/8/2012 - 19/8/2012
Albania, un país que no pensé iba a conocer en un futuro cercano. Por esas cosas de la vida, terminamos asistiendo a un casamiento aquí, de un primo de Seba que conoció a su mujer en Canadá pero que es albanesa. Marchamos todos para Albania entonces, los que estábamos en Grecia y más familia desde distintos lugares del mundo. Ya llegados al hotel nos seguimos encontrando con más familiares, primos, sobrinos, etc, un gran encuentro lleno de alegría!
De Albania pudimos conocer bastante, Tirana (su capital), Durres (un balneario en la costa del mar Adriático) y Pogradec (una ciudad sobre el lago Ohrid, en frontera con Macedonia). Como lo hicimos en auto, pudimos atravesar el pais, de oeste a este, pasando por costa, montañas, valles, lagos y planicies, un abanico de paisajes hermosos que nada tienen que envidiarle al norte italiano o mismo a Alemania.
Las ciudades son más bien caóticas, y al ser un país ex-comunista, aún pueden verse rastros de ese régimen, tanto en las construcciones, calles, infraestructura en general y también en la situación de la población que de a poco está logrando repuntar. Las carreteras están bastante venidas a menos, algunas desastrozas realmente, pero los paisajes que hemos podido ver a lo largo de nuestro camino han compensado.
El casamiento estuvo precioso, tuvimos primero la fiesta el viernes a la noche, con mucha alegría y pasándola realmente muy bien. La música estuvo perfectamente puesta, una combinación de estilo occidental para los invitados del novio con música griega y danzas típicas para los presentes de parte de la novia, todos bailamos todo, nos enseñaron a bailar el paso de ellos y nosotros los pasos de reggaeton jeje!. Al día siguiente tuvo lugar la ceremonia religiosa, en una iglesa ortodoxa (aprendimos que Albania tiene en general al norte población de religión musulmana y al sur católica ortodoxa), bastante diferente a lo que estamos acostumbrados pero muy dulce y con muchas tradiciones. Para finalizar, un gran almuerzo en un restaurante al estilo de castillo.
Nuestra estadía en Albania fue muy disfrutable, pudimos conocer un país que tiene mucho para ofrecer pero también mucho para avanzar. Los días que pasamos en familia fueron únicos, muy divertidos y con grandes emociones. El casamiento estuvo genial y los novios estaban super felices.
Un destino especial, que nos gustó conocer y en donde nos sentimos muy bien recibidos y bienvenidos.
Albania, un país que no pensé iba a conocer en un futuro cercano. Por esas cosas de la vida, terminamos asistiendo a un casamiento aquí, de un primo de Seba que conoció a su mujer en Canadá pero que es albanesa. Marchamos todos para Albania entonces, los que estábamos en Grecia y más familia desde distintos lugares del mundo. Ya llegados al hotel nos seguimos encontrando con más familiares, primos, sobrinos, etc, un gran encuentro lleno de alegría!
De Albania pudimos conocer bastante, Tirana (su capital), Durres (un balneario en la costa del mar Adriático) y Pogradec (una ciudad sobre el lago Ohrid, en frontera con Macedonia). Como lo hicimos en auto, pudimos atravesar el pais, de oeste a este, pasando por costa, montañas, valles, lagos y planicies, un abanico de paisajes hermosos que nada tienen que envidiarle al norte italiano o mismo a Alemania.
Las ciudades son más bien caóticas, y al ser un país ex-comunista, aún pueden verse rastros de ese régimen, tanto en las construcciones, calles, infraestructura en general y también en la situación de la población que de a poco está logrando repuntar. Las carreteras están bastante venidas a menos, algunas desastrozas realmente, pero los paisajes que hemos podido ver a lo largo de nuestro camino han compensado.
El casamiento estuvo precioso, tuvimos primero la fiesta el viernes a la noche, con mucha alegría y pasándola realmente muy bien. La música estuvo perfectamente puesta, una combinación de estilo occidental para los invitados del novio con música griega y danzas típicas para los presentes de parte de la novia, todos bailamos todo, nos enseñaron a bailar el paso de ellos y nosotros los pasos de reggaeton jeje!. Al día siguiente tuvo lugar la ceremonia religiosa, en una iglesa ortodoxa (aprendimos que Albania tiene en general al norte población de religión musulmana y al sur católica ortodoxa), bastante diferente a lo que estamos acostumbrados pero muy dulce y con muchas tradiciones. Para finalizar, un gran almuerzo en un restaurante al estilo de castillo.
Nuestra estadía en Albania fue muy disfrutable, pudimos conocer un país que tiene mucho para ofrecer pero también mucho para avanzar. Los días que pasamos en familia fueron únicos, muy divertidos y con grandes emociones. El casamiento estuvo genial y los novios estaban super felices.
Un destino especial, que nos gustó conocer y en donde nos sentimos muy bien recibidos y bienvenidos.
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