lunes, 30 de julio de 2012

Pordenone - Italia

25/7/2012 - 27/7/2012

Luego de 3 trenes y unas 5 horas de viaje desde Torino llegamos a Pordenone, un pequeño pueblo de Italia de unos 25.000 habitantes. Nunca habíamos sentido hablar de este lugar, pero al llegar a la estación y comenzar a caminar hacia el hotel, notamos una paz y una harmonía inigualables, y nos sentimos muy cómodos en esas callecitas, tan románticas y tan inmaculadas.

Pordenone fue un destino elegido gracias al trabajo de Seba, ya que allí funciona otra de las fábricas que él visitó. Nuevamente y como en Torino, nos invitaron a comer a una trattoria, un restaurante típico italiano, con un entorno precioso, rodeado de flores, enredaderas y pajaritos, donde además de comer una buena carne y una deliciosa pasta, pudimos disfrutar de un mediodía cálido y bien pintoresco.

Visitamos el centro, con mucha movida de after office alrededor de las 7 de la tarde.  El centro está formado por una calle de adoquines peatonal, con comercios de cada lado, formando galerías con columnas cuadra a cuadra. Encontramos comercios de todo tipo, desde las principales casas de diseñadores famosos, hasta farmacias y cuadrerías, mezclándose a la perfección con los distintos restaurantes de la zona, más que nada de pizzas y pastas. Cada cuadra recorrida era un disfrute total, mirando las distintas fachadas de las casas con sus balcones llenos de flores y jardineras, la gente tomando cafecito en las calles, los niños que correteaban por todos lados, las motitos Vespa de colores super dulces como rosado o celeste, y las veredas tan prolijas y cuidadas.

Pordenone, fue un destino que nos encantó. Por su calidez, su arquitectura, su aroma, su estilo y por su gente super amable y encantadora.


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