21/7/2012 - 23/7/2012
Dejamos el centro de Francia para volar hacia el sur, más precisamente y como lo llaman aquí a La Côte D'Azur. En el aeropuerto nos esperaba un autito que habíamos alquilado, un poco chico para todas nuestras cosas y bultos pero que nos sirvió para recorrer parte de esta costa francesa, tan azul y preciosa.
Arrancamos por Nimes, donde estuvimos dos días. La principal razón por la que fuimos hasta allí fue para ver el concierto de Elton John, uno de mis artistas preferidos. El espectáculo se desarrolló en una especie de Coliseo. Fue una noche inolvidable, llena de emociones y momentos perfectos. Estábamos muy cerquita del escenario, y disfrutamos muchísimo de la música, del entorno y sobre todo, de esa voz maravillosa que tiene Elton John, y por supuesto de sus canciones, tan románticas y harmónicas. Fue el dinero mejor gastado de todos, ya que no sólo pude ver a un artista que admiro, sino que nos divertimos, cantamos y pasamos momentos realmente mágicos, al escuchar esas letras como sólo él sabe escribirlas.
Al día siguiente, pudimos recorrer Nimes o al menos sus lugares más reconocidos. A la tarde, nos fuimos rumbo al Pont du Gard, un antiguo acueducto romano que aún se mantiene en parte. Allí, se formó todo un predio de visita con museos, cine y muchas actividades y las familias pasan gran parte del día ya que tiene además un río que lo atraviesa donde uno puede bañarse y tomar sol. Al ser domingo había mucha gente, pero el paseo no tuvo desperdicio. En el camino, pudimos adentrarnos en algunos pueblitos cercanos, super tiernos y pintorescos, como salidos de películas. Las carreteras estaban rodeadas de viñedos, por lo que más de una vez, paramos el auto para admirar un poco el paisaje y el entorno.
Seguimos camino y arrancamos más hacia la costa todavía, donde nos encontramos con un paradisíaco y hermoso Cassis, una especie de balneario bastante exclusivo, sobre el Mediterráneo, con alcantilados y vistas realmente hermosas. El agua del mar era de un azul intenso y sobre la costa era más bien verde. Los cerros a lo largo de la misma se dibujaban entre el agua, y las casas sobre las laderas parecían pintadas en un cuadro ya que se mezclaban a la perfección con los árboles y las rocas.
Nuestro recorrido terminó en Marseille, una ciudad bastante más grande que las últimas que vinimos visitando de la costa, pero también más caótica. Devolvimos el auto en el aeropuerto nuevamente y le dijimos "Au Revoir" a Francia. Nuestro próximo destino es Milán - Italia, una de las capitales de la moda.
Arrancamos por Nimes, donde estuvimos dos días. La principal razón por la que fuimos hasta allí fue para ver el concierto de Elton John, uno de mis artistas preferidos. El espectáculo se desarrolló en una especie de Coliseo. Fue una noche inolvidable, llena de emociones y momentos perfectos. Estábamos muy cerquita del escenario, y disfrutamos muchísimo de la música, del entorno y sobre todo, de esa voz maravillosa que tiene Elton John, y por supuesto de sus canciones, tan románticas y harmónicas. Fue el dinero mejor gastado de todos, ya que no sólo pude ver a un artista que admiro, sino que nos divertimos, cantamos y pasamos momentos realmente mágicos, al escuchar esas letras como sólo él sabe escribirlas.
Al día siguiente, pudimos recorrer Nimes o al menos sus lugares más reconocidos. A la tarde, nos fuimos rumbo al Pont du Gard, un antiguo acueducto romano que aún se mantiene en parte. Allí, se formó todo un predio de visita con museos, cine y muchas actividades y las familias pasan gran parte del día ya que tiene además un río que lo atraviesa donde uno puede bañarse y tomar sol. Al ser domingo había mucha gente, pero el paseo no tuvo desperdicio. En el camino, pudimos adentrarnos en algunos pueblitos cercanos, super tiernos y pintorescos, como salidos de películas. Las carreteras estaban rodeadas de viñedos, por lo que más de una vez, paramos el auto para admirar un poco el paisaje y el entorno.
Seguimos camino y arrancamos más hacia la costa todavía, donde nos encontramos con un paradisíaco y hermoso Cassis, una especie de balneario bastante exclusivo, sobre el Mediterráneo, con alcantilados y vistas realmente hermosas. El agua del mar era de un azul intenso y sobre la costa era más bien verde. Los cerros a lo largo de la misma se dibujaban entre el agua, y las casas sobre las laderas parecían pintadas en un cuadro ya que se mezclaban a la perfección con los árboles y las rocas.
Nuestro recorrido terminó en Marseille, una ciudad bastante más grande que las últimas que vinimos visitando de la costa, pero también más caótica. Devolvimos el auto en el aeropuerto nuevamente y le dijimos "Au Revoir" a Francia. Nuestro próximo destino es Milán - Italia, una de las capitales de la moda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario